19 ene 2012

2005 - Projeto +2 / Presentación en Buenos Aires - Argentina



Kassin, Domenico y Moreno, músicos del mundo


+2, Veloso, Domenico y Kassin presentarán sus respectivos discos.
6, 7 y 8 de octubre de 2005
Teatro ND/Ateneo, Paraguay 918.

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La Nación
Miércoles 5 de octubre de 2005

Moreno Veloso

Lo primero es la familia (y la tradición)
El hijo de Caetano llega con su grupo +2

Así como se lo ha catalogado como "el último descubrimiento de la música moderna y experimental brasileña" cuando editó su álbum debut, en 2001, "Music Typewriter", Moreno Veloso, a los 32 años, es un hombre de tradición y familia. Pero entendiendo la frase desde ese plus de sensibilidad que parecen llevar en sus genes los músicos brasileños, generación tras generación.

Mañana volverá a presentarse en Buenos Aires con sus amigos Domenico y Kassin, con quienes armó el trío que suma voluntades y sonidos bautizado +2. Antes, el hijo de Caetano paseó por escenarios norteamericanos junto a la Orquesta Imperial, algo así como un ensamble de veinte músicos de todas las edades y trayectorias que juegan con el cancionero más tradicional de la música de su país, entre sambas, boleros y salsas. "Es una experiencia única, muy libre y divertida, que compartimos con músicos como Wilson das Neves, Rodrigo Amarante, Nina Becker y Pedro Sá, entre otros. Siempre me gustó tocar ese repertorio, tan ligado a mi infancia", cuenta acerca de la agrupación con espíritu de "zapada mais grande do mundo", con la que despunta el vicio de la música tradicional y deja boquiabiertos a los jóvenes más cool de las sociedades primermundistas.

Incluso, despistando a músicos y críticos: "Debo confesar que estoy sorprendido. Habiendo escuchado los discos conceptuales de Moreno, Domenico y Kassin en la serie +2, esperaba algo más experimental de ellos. En cambio, mis oídos les dieron la bienvenida a canciones que no había escuchado en años, y ésa parece ser la misión autoimpuesta por la orquesta: acercarle al público músicas que no se han escuchado en un buen tiempo, dándoles predominio a la música axé y el pagode por sobre cualquier otra moda de la música brasileña", señala una de las críticas norteamericanas de los conciertos que ofreció la Orquesta Imperial el mes pasado (del ensamble también formó parte Seu Jorge, otra flamante estrella de la nueva canción brasileña, que conquistó al mundo desde el film "La vida acuática").

-¿Sentís que sos un músico tradicional?

-Creo que sí, más allá de todas las etiquetas que me han pegado.

-En los últimos años surgió una gran cantidad de músicos brasileños excepcionales, varios de ellos hijos y nietos de otras generaciones de artistas como tu padre, Chico Buarque, Joao Gilberto, Tom Jobim, Vinicius de Moraes... ¿Tradición familiar?

-Un poco sí, pero creo más en la diversidad e intensidad de la cultura que nos rodea y que ha marcado con fuerza a cada uno de nosotros. Conozco a muchos de los padres y madres de mis amigos. Es una situación cultural del país, que también ocurre en los Estados Unidos, en México o en Italia, con músicos que absorben una gran diversidad cultural y musical. Creo que la cultura es la madre de estos niños.

En esta tercera visita al país, Moreno llegará con esa otra familia musical que tiene como miembros a Domenico y Kassin y que en los últimos cuatro años se dedicó a grabar tres discos insospechables, repartiendo el protagonismo por partes iguales (acaban de terminar de grabar el último de la serie, "Kassin + 2").

"Ya tenemos muchas canciones nuevas y estamos pensando en hacer un disco que se llame sólo «+2», con cuatro temas de cada uno. Ese es un poco el espíritu de estos conciertos; es como una mezcla de todo y con una banda más grande", dice Moreno sobre la formación que subirá al escenario del ND/Ateneo, que incluirá la presencia de Stephan San Juan en batería y máquinas y Pedro Sá, que estuvo acompañando a papá Caetano en sus últimas giras.

-El año pasado vinieron con un show junto a la cantante Chrissie Hynde. ¿Cómo llevan la multiplicidad de proyectos musicales?

-No es problema para nosotros, todo está muy unido, pertenece al mismo universo: lo que hacemos es música brasileña, y la música brasileña ha tomado influencias de todo, de los boleros, de la música caribeña, de las guaranias de Uruguay y Paraguay. Chrissie Hynde nos enseñó mucha música de Londres, y si tocamos con la Orquesta Imperial no es por nostalgia, sino por admiración, porque en los años 40 y 50 se hacían composiciones bellísimas y existían muchos autores muy buenos. Incluso antes de los años 40: Orlando Silva, Carmen Miranda, Roberto Silva, Joao Gilberto. Igual, por suerte para nosotros, en Brasil se sigue produciendo música maravillosa, como la de Nação Zumbi o la de una gran banda de rock como Los Hermanos, Os Paralamas, Otto y tantos otros. Bueno, yo no llamo a esto suerte, sino una vida que fue construida con los amigos, porque si hoy estoy haciendo música es en gran medida por causa de Pedro Sá y muchos otros amigos.

Sebastián Ramos

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LA NACION | 08.10.2005 | Página 7 | Espectáculos

MORENO Las virtudes de un triunvirato brasileño
Mauro Apicella

Recital de Moreno, Kassin y Domenico. Moreno Veloso (voz y guitarra), Domenico Lancelloti (voz, máquinas y batería), Alexandre Kassin (voz y bajo).
Invitados: Pedro Sá (guitarra) y Stephan San Juan (batería, accesorios y máquinas).
Anteayer, en el Teatro ND/Ateneo. Próxima función: hoy, a las 21.
Nuestra opinión: muy bueno

Todos para uno; uno para todos. Porque con lo que aporta cada integrante, definitivamente, el grupo se potencia. Y es por esa decisión de trabajar como triunvirato que las cosas funcionan bien en la propuesta de Moreno Veloso, Kassin y Domenico. Encontraron en este proyecto la mejor manera de manifestarse.

Aunque Moreno es el más famoso porque lleva un apellido ilustre de la música brasileña, cuando se junta con sus socios no hay problemas de cartel. En actuaciones como las que dieron anteayer y que repetirán hoy distribuyen democráticamente el repertorio de 18 canciones más algunos bises.

Llevado esto a la acción, el espectáculo se trasforma en una suma constante. Tienen gestos muy rockeros, incluso al ampliarse como quinteto (con el guitarrista Pedro Sá y Stephan San Juan, encargado de la batería, los accesorios de percusión y máquinas), pero suman elementos de la tradición musical brasileña y otras influencias del hemisferio norte que irán apareciendo según el protagonismo de cada integrante, a lo largo del show. Es decir: según el grupo funcione en las versiones Moreno + 2, Domenico + 2 o Kassin + 2.

Las canciones de los tres siempre logran unirse en algún punto, aunque hay en cada uno perfiles más marcados. A veces la música de Moreno va por el lado de aquello que tiene más arraigo en los elementos de la historia musical brasileña (guitarra española y algunos acordes de bossa). Eso se escucha en "Deusa do amor", por ejemplo. Domenico aporta lo que va en esa línea cuando llega el momento de "Tarde de chegada" pero, luego, sentado en la batería o frente al micrófono descargará los temas más furiosos (dos crudas versiones de "Te convidei pro samba" y "Conmigo"). Y Kassin, con una garganta bastante peleada con la afinación, pone a consideración del público temas que incluirá en su CD. Este bajista es el único que todavía no tiene su disco terminado. Pero falta poco para eso. El primero del triunvirato fue "Music Typewriter" (Moreno + 2) y el siguiente, "Sincerely hot" (Domenico + 2).

Cuando los tres repertorios se funden en uno solo, el show muestra toda su variedad, pero nunca se pierde la sensación de que todo forma parte de lo mismo. Los músicos acompañan su modestia como instrumentistas con buenas ideas. Conforman una de esas bandas que hacen mucho con poco (para dar un color de bossa, dos acordes y un tercero de paso a veces pueden ser suficientes).

El trío no es genial. Va hacia adelante sin pretensión de alcanzar ningún estatus de vanguardia. Hace canciones y cada tanto las decora con fantasías que se disparan desde alguna máquina. Cae en el error de tocar un instrumental que poco aporta y parece una zapada de sala de ensayo: los únicos que la disfrutan son los músicos. Pero esa es quizá la única mancha que se nota en estas funciones porteñas. Por otro lado saben cómo caer simpáticos con los pasos de baile de Domenico o temas del estilo de "Aeropuerto 77" y "Arrivederci". El público, cómplice, colabora bastante para que eso suceda. Porque si esa canción que repite palabras como "menina" y "arrivederci" en los estribillos se escuchara por un intérprete melódico pop latino o por un brasileño que produce éxitos de alta rotación radial para muchos sería cursi. Mera música comercial. Entre otras cualidades, este trío puede dar el toque cool para el oído esnob.


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